El capital económico se define como el nivel de capital requerido, para soportar la actividad de toma de riesgos. Con el fin de mantener la solvencia asegurando la continuidad de operación. Comúnmente, el capital económico constituye una medición realista de las contingencias. Que podría enfrentar la entidad por conceptos de riesgos de mercado, crédito, operativo, y legal. Sirve para absorber pérdidas inesperadas dado cierto grado de confianza estadística. Y suele aplicarse en el ámbito de las sociedades que constituyen parte del sistema financiero/mercado de capitales.
El capital económico no debe ser confundido con el capital regulatorio, cuyo propósito exclusivo es asegurar la existencia del capital crítico en el sistema. Constituyendo una medida cuasi-estática enfocada al presente, mientras el primero es una medida dinámica enfocada con miras hacia el futuro que incorpora las expectativas.
La determinación del capital económico es una decisión estratégica que afecta la relación riesgo/retorno en las líneas de negocio. Y, por lo tanto, permite a las instituciones medir los riesgos de manera continua y precisa. Atribuyendo los recursos monetarios para cubrir los efectos económicos de manera eficiente a las actividades que realizan. Tiene dos formas de uso: 1) a nivel de línea de negocio y, 2) a nivel integrado (Enterprise). En el caso 1, se utiliza para gestionar el portafolio de crédito, el pricing de activos basado en riesgos, análisis de rentabilidad de clientes, y últimamente, para establecer los incentivos gerenciales. A nivel integrado, se utiliza para evaluar el performance del negocio, elaboración de presupuesto de uso de capital y planificación estratégica, análisis de adquisiciones y ventas de activos, así como la adecuación en el nivel de capital societario.
El capital económico y los riesgos – conclusiones
En base a lo visto, podemos concluir que el manejo del capital económico es un elemento clave en la gestión de empresas exitosas. El modelo será tan bueno como nuestra capacidad para identificar, medir y presupuestar los riesgos inherentes del negocio. Porque en el mercado financiero será esencial realizar las mediciones de los riesgos de crédito, operacional y riesgo de mercado para estimar las contingencias potenciales y definir el capital buffer adecuado. Los actores regulados deben tener siempre presente que la regulación en el ámbito financiero es inherentemente reactiva, por lo cual deberán irse considerablemente más allá en el manejo del capital que sus respectivas reglamentaciones indican.
“Los actores regulados deben tener siempre presente que la regulación en el ámbito financiero es inherentemente reactiva. Por lo cual deberán irse considerablemente más allá en el manejo del capital que sus respectivas reglamentaciones indican.”
Tomando en cuenta la creciente importancia de los ingresos provenientes del mercado de valores, un buen punto de partida podría consistir en preguntarse, “¿dado que nivel de caída y volatilidad en el valor de mi cartera de inversiones, el capital económico permanecerá positivo?”. Entonces un approach prudente utilizaría la respuesta a esa pregunta para elaborar el marco al apetito de riesgo, establecer los límites, y a partir de ese punto, definir la planificación estratégica correspondiente en función de la rentabilidad ajustada al riesgo que se desea obtener. Fijar metas sin tener claro que podemos arriesgar, y cómo responderemos a los cambios en el mercado (plan B) constituye una preparación muy frágil. Amigo lector e inversionista, ¿qué nivel de pérdidas estas dispuesto a tolerar?
Autor: Stefan Bolta
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Muy buen artículo. Sería interesante ver más publicaciones como estas en su web.